Coper o Adpater: abordaje conservador
Si eres un Coper o Adapter, tienes un importante trabajo de Fisioterapia por realizar. Afortunadamente a nivel pasivo tu rodilla es estable pese a la lesión, pero debes recuperar la parte de estabilización activa que por el proceso agudo se puede haber mermado. Y para ello será necesario ejercicio prescrito por tu fisioterapeuta.
Además debes de ser muy consciente de algo. Los ligamentos tienen dos funciones: una es esta función pasiva, ser gomas que retienen y estabilizan movimientos. Pero tienen otra función activa, la de ser sensores que informan con su grado de estiramiento a tu Sistema Nervioso de la posición articular. Si lo hacen en exceso, tu cerebro recibirá la señal y mandará los músculos a ayudar. Es como si tuvieras un guardia de seguridad en la rodilla que, además de parar a los ladrones, está conectado con la policía y la avisa para que venga a ayudar .Y esta función es incluso primordial sobre la primera, puesto que si la desestabilización es muy grande hacer un guardia la guerra por su cuenta no será tan eficaz como llamar a toda una patrulla. Pues bien, a partir de ahora tienes un guardia de seguridad menos en tu rodilla. Después de tu evaluación hemos visto que con el resto que quedan se puede parar a un ladrón, pero si vienen muchos tienes un guardia que no está en su puesto para avisar. Por eso es crítico que el resto que tienes alrededor en la rodilla tengan por un lado el oído afinado, es decir: debes tener y mantener un excelente control neuromuscular.
¡Atento! En esta opción es frecuente que al vernos sin dolor y una mínima fuerza en la vida diaria después de la prehabilitación nos convezcamos de que estamos recuperados del todo y no continuemos tratamiento. Hasta el día que realizo una actividad más intensa y la probabilidad de que la rodilla te vuelva a fallar se hace grande. Y así cada vez hará falta menos. Siendo consciente de que tu proceso de recuperación debe completarse con el abordaje preciso de Fisioterapia evitarás este común bucle, sentando además las bases de una pauta de mantenimiento a añadir a tu actividad para que nunca más vuelvas a acordarte de tu rodilla. Trabajarás con los objetivos de:
Seguir favoreciendo la cicatrización del resto de estructuras y optimizar los sistemas activos para que tu rodilla vuelva a ser completamente estable
Non Coper: abordaje quirúrgico
Si eres un Non Coper y vas a someterte a cirugía, se abre ante tí otro abanico de posibilidades en torno a la elección de la plastia (tejido con el que se hará la reconstrucción del nuevo ligamento) en la que serás asesorado por tu médico. Como introducción, informarte de que existen dos tipos principales:
- Los Autoinjertos, en los que el tejido provendrá de otra estructura de tu cuerpo, comunmente de los isquiotibiales o del tendón rotuliano. Son las de mejores propiedades mecánicas y mejor integración, ya que al ser tu mismo el donante no producen rechazo. Como inconveniente, el daño que se produce en la zona donante que necesitará también un abordaje específico de Fisioterapia para recuperarse. En el caso del LCA, se descarta usar el tendón rotuliano o el cuadricipital para no dañar al cuádriceps, principal ayudante del LCA controlando el cajón posterior de tibia. Por ello, en autoinjertos la elección suele ser el tendón isquiotibial.
- Los Aloinjertos, provenientes de un cadáver. Cuando se empezaron a probar se vieron como la gran alternativa para conseguir plastias sin dañar zonas donantes, y esa es su ventaja. Como inconvenientes, que como este tejido debe ser primeramente desinfectado para no transmitir enfermedades, en ese proceso sus propiedades mecánicas se merman. Su cicatrización postquirúrgica es mucho más lenta y existe riesgo de rechazo inmunitario. Por eso su tasa de rerruptura es mayor comparada con los aloinjertos y no deben ser quizá primera opción para pacientes jóvenes o activos.
Existen también opciones muy novedosas, como las plastias de tejidos sintéticos, con resultados prometedores pero a día de hoy no concluyentes. La opción a día de hoy siguen siendo los auto o aloinjertos, y es tu médico el que te asesorará en la elección de la plastia según valores como tu edad, lesiones previas, comorbilidades o tu grado de actividad.
Después de la Prehabilitación, que como has leído te recomendamos encarecidamente, llegará la cirugía. E inmediatamente después comenzarán las siguientes fases de Fisioterapia. Como en el caso de los "Copers" conviene también que seas muy consciente de algo: tu vuelves a tener guarda de seguridad, pero éste jamás volverá a estar conectado con la policía. Es decir, volverá a estar ahí para parar ladrones en su función de goma que estabiliza movimientos, pero al no reinervarse no volverá a estar conectado con tu sistema nervioso para avisar a los músculos con su sobreestiramiento de que le ayuden. Por ello, además de recuperarte de la cirugía, deberás entrenarte con tu fisioterapeuta para que el resto de sensores estén muy receptivos y tu musculatura fuerte y rápida. Trabajarás con el con dos objetivos a la vez:
Proteger y favorecer la cicatrización de la plastia mientras recuperamos el sistema de movimiento y su estabilidad activa para que la rodilla vuelva a ser completamente estable